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Maternidad en espana

Género, mercado laboral y políticas públicas en España: tres décadas de evolución

Uno de los cambios más importantes ocurrido en la economía española durante las últimas tres décadas es el incremento de la participación laboral de las mujeres. Sin embargo, persisten diferencias sustanciales en las tasas de empleo por género y son considerables las diferencias en la tasa de paro, así como en la incidencia de la temporalidad. Además, las mujeres están segregadas en ciertas ocupaciones y existe un diferencial salarial entre hombres y mujeres que se agudiza cuando tenemos en cuenta las características de las mujeres empleadas.

En un trabajo publicado recientemente en el Journal of the Spanish Economic Association junto con Nezih Guner y Ezgi Kaya documentamos la evolución de las diferencias de género en el mercado de trabajo en España durante los último treinta y cinco. Además, proporcionamos una descripción de las políticas implementadas a lo largo de dicho período, que, a la luz de trabajos de investigación previos, podrían haber incidido en alguna medida en el cambio de comportamiento laboral de las mujeres. Para nuestro análisis utilizamos datos de la Encuesta de Población Activa de los años 1977 a 2013, del Panel de Hogares Europeo de 1994 y de la Encuesta de Condiciones de vida de 2004 a 2010. A continuación ofrecemos un resumen de lo que hemos aprendido con este trabajo.

En 1977 aproximadamente un 28% del colectivo de mujeres entre 25 y 54 años trabajaba, mientras que en 2013 la cifra ascendía al 63%. En concreto, de acuerdo con nuestro análisis, aproximadamente la mitad del crecimiento en la tasa de empleo femenina entre 1985 y 2005 fue debido a cambios en la composición de la población (educación, estado civil o maternidad), siendo la otra mitad el resultado de cambios en el comportamiento de los distintos grupos, en particular de las mujeres casadas.

Un aspecto que distingue la experiencia española de la de otros países como Estados Unidos es que el aumento en la tasa de participación laboral femenina viene acompañado de una fuerte caída en la tasa de fecundidad . Así, el número de nacimientos por cada 1000 mujeres en edad fértil cayó de 80 en 1975 a 40 en 1993 y ha permanecido estable entorno a esa cifra.

El incremento en la tasa de empleo femenina se produce independientemente del número de hijos de la mujer . Así por ejemplo, la tasa de empleo de las mujeres con dos hijos ascendió del 18% en 1977 al 49% en 2007.

Sin embargo, resulta interesante destacar que, en España, a diferencia de lo que ocurre en otros países de la OCDE, la tasa de empleo de las mujeres es poco sensible a la edad del menor de sus hijos . Como consecuencia, el diferencial con la media de otros países desarrollados es creciente en la edad del hijo menor. Así, en 2007 ascendía a -0.7 puntos porcentuales en el colectivo de madres con hijos de menos de 2 años, a 7.1 en el colectivo con hijos de 3 a 5 años y a 15.4 en el colectivo con hijos de 6 a 16 años.

Pero no sólo las tasas de empleo son diferentes entre hombres y mujeres, además, la distribución de mujeres por ocupación difiere por género de forma sustancial y, de acuerdo con nuestro análisis, dichas diferencias se han mantenido estables desde 1995. Las mujeres se concentran en trabajos administrativos, trabajos del sector servicios y de la distribución comercial.

Por supuesto, tanto la menor participación laboral como la segregación ocupacional pueden ser responsables, al menos de forma parcial, de las diferencias salariales por género en España. Nuestro análisis muestra que el diferencial salarial residual, una vez controladas las diferencias en características individuales (educación, experiencia laboral y nacionalidad) y del puesto de trabajo (sector, ocupación e intensidad de la jornada laboral), asciende a 11 puntos porcentuales en 2010, sólo 6 puntos por debajo de la cifra de 1994. Por supuesto podrían existir características de los individuos o de los puestos de trabajo que ocupan que no podemos observar y que podrían causar lo que denominamos el diferencia residual (por ejemplo, existen importantes diferencias de género en las especialidades cursadas por los universitarios, pero estas diferencias no se han podido tener en cuenta en nuestro análisis). Esta pagina web<!--td {border: 1px solid #ccc;}br {mso-data-placement:same-cell;}-->https://laneydeserre.tumblr.com/post/171695498529/sustituto